¿Qué es el Trastorno de Personalidad Evitativa?
El trastorno de personalidad evitativa se caracteriza por una intensa evitación de las relaciones sociales e interpersonales debido a que estas ocasionan un nivel de ansiedad elevado y un convencimiento de fracaso en la interacción social.
Cuando la persona tiene esta sintomatología comienza a evitar las situaciones sociales, con la particularidad de que la persona no solo evitará las situaciones “seguras” de relación social (contarle o pedirle algo a la familia o pareja), sino también todas las situaciones en la que pueda ser expuesto, sentirse observado o juzgado (ir a comprar y preguntar, caminar delante de personas que le observan, etc.)
El trastorno de la personalidad evitativa, conlleva una preocupación constante relacionada a la eficacia y al rendimiento en las interacciones sociales, que hace que las persona afectada se muestre inhibida socialmente, parezca introvertida o que tiene pocos deseos de relacionarse con los demás; cuando en realidad si mantiene el deseo de relación con los demás, pero solo cuando está seguro de ser apreciado por el otro o que lo será.
No suelen asumir riesgos personales ni implicarse en situaciones novedosas que puedan comprometerle y/o exponerle ante los demás.
¿Cómo se percibe la persona con personalidad evitativa?
La intensa evitación se da en los 3 niveles cognitivo, emocional y conductual:
En el área cognitiva, suelen tener pensamientos catastróficos relacionados a la evaluación negativa por parte de los demás. Evitan las interacciones sociales porque piensan que serán desaprobados, ridiculizados, humillados, rechazados o no serán del agrado de los demás.
En el área emocional, suelen tener hipersensibilidad a la evaluación negativa o crítica, sentirse inadecuados y experimentar ansiedad y miedo ante las interacciones sociales. La persona suele experimentar actitudes narcisistas al sentirse el foco de atención de la mayoría de actos sociales aunque no sea la estrella (cualquier situación dónde tiene que hablar o ser observado).
En el área conductual, suelen evitar el comenzar una conversación o un debate, o responder a las propuestas de relación de los otros, evitando la interacción social con personas que no son de su confianza o círculo más íntimo. También suelen evitar pensar en las cosas que les afectan e intentan distraerse para no afrontar sus conflictos.
Les cuesta asumir riesgos o responsabilidades que puedan afectar más su baja autoestima debido al convencimiento y merecimiento del juicio negativo de los demás en sus interacciones.
El individuo tiene inherente un sentimiento, impresión, convicción de que es una persona inadecuada e inepta para las relaciones sociales, y tener mucha desconfianza respecto a su apariencia (atractivo personal) o funcionamiento social, lo cual le mantiene ansioso al pensar en la relación social y terminan evitando todo tipo de actos sociales.

La personalidad evitativa tiene mucho miedo a ser ridiculizado, juzgado, criticado, rechazado…Y se va retrayendo cada vez más, lo cual además, le impide experimentar situaciones de éxito social.
Causas y edad de inicio
Las causas del trastorno no se conocen con exactitud, pero se sabe que están asociadas a experiencias de rechazo (intensas o no intensas pero continuas en el tiempo) por parte de sus progenitores en la infancia o la adolescencia, bullying, maltrato psicológico y rechazo social. Además, se relaciona con la ansiedad, la introversión y timidez, la baja autoestima y el déficit de habilidades sociales.
La edad de inicio es a edades tempranas, porque ya se puede observar características que forman parte del carácter y de la personalidad de la persona, por lo que en la infancia y adolescencia algunos síntomas o indicios ya está presente claramente. Los síntomas más intensos probablemente se comiencen a experimentar a partir de los 18 años.
Relación del trastorno de personalidad evitativa con otros diagnósticos
Con mucha frecuencia el trastorno de personalidad evitativa se asocia con otros trastornos como la ansiedad generalizada y trastornos del estado de ánimo. También es posible un solapamiento con el trastorno de personalidad dependiente, debido a que las personas evitativas tienen la tendencia a ir aislándose del mundo poco a poco y aferrarse o confiar en el saber hacer (al menos en lo que compete a las relaciones sociales) de las figuras de seguridad más cercanas que tengan.
Exista una gran confusión con la fobia social, cuyas principales diferencias con el trastorno de personalidad evitativa son: no existe difusión de la identidad, la persona no se siente el foco de atención ni tiene ansiedad en situaciones de seguridad del día a día, se ven capaces de realizar las acciones ansiógenas a pesar del malestar, no existe un sentimiento de inutilidad, ineptitud social o convencimiento de que son diferentes o merecen la crítica de los demás, no evitan las nuevas relaciones íntimas.
También puede ser confundido como un estilo de apego inseguro- evitativo, un estilo en el que la persona ha aprendido a reprimir sus emociones para protegerse durante la infancia, y que se caracteriza por la dificultad para tolerar la intimidad emocional, expresar sentimientos, emociones y necesidades, o percepción de las relaciones sociales como no prioritarias. Aunque muchas veces, las personas con trastorno de personalidad evitativa, suelen presentar este estilo de apego en sus relaciones íntima, por lo que, si bien existe el deseo de acercarse a las personas, el miedo al rechazo es más fuerte.
Tratamiento farmacológico y/o psicológico de la personalidad evitativa
El tratamiento farmacológico como en todos los trastornos de personalidad, ayudaría sobre todo a reducir la angustia mental y malestar fisiológico que experimenta la persona debido a los altos niveles de ansiedad para este trastorno. La medicación está especialmente indicada porque puede mejorar la implicación en el tratamiento psicológico y mejorar su eficacia debido a que la persona puede implicarse más en las tareas terapéuticas y ganar en capacidad de reflexión al ver atenuados sus síntomas.
El tratamiento psicológico es indispensable para la superación de este trastorno, ayudando a la persona a desarrollar su identidad a nivel subjetivo, y poco a poco ir reduciendo el autoconvencimiento que tiene de: su escasa habilidad social, las enormes posibilidades que tiene de ser criticado, y su sensibilidad asociada a ello.
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