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La personalidad es el conjunto de patrones de conducta que se mantienen en el tiempo con bastante consistencia. Es una forma característica de pensar, sentir y actuar especial de cada persona.

El trastorno de personalidad es un patrón de conducta disfuncional (que no funciona adecuadamente) y que afecta a la persona en varios aspectos importantes de su vida.

Todos nacemos con ciertas características de personalidad que se van modificando para adaptarnos al medio y a las circunstancias particulares que nos tocan vivir. A veces, vivencias muy desagradables sostenidas en el tiempo o situaciones traumáticas, moldean la personalidad de tal manera que activan esquemas disfuncionales derivando en lo que llamamos un trastorno de la personalidad

Las áreas afectadas son:

  • La cognición (forma en que nos percibimos a nosotros mismos, a los demás y a las circunstancias).
  • La afectividad (respuesta emocional).
  • Funcionamiento interpersonal (las relaciones).
  • Control de los impulsos (autocontrol).

Según se define en el DSM-5 (Manual diagnóstico y estadístico de los trastornos mentales), existen 10 tipos de trastornos de personalidad, que están recogidos en 3 clústers diferentes (A, B y C) que se agrupan según características similares de comportamiento. Estos clústers son los siguientes:

Cluster A de la Personalidad: Esquizoide, Esquizotípico y Paranoide.

Cluster B de la Personalidad: Histriónico, Narcisista, Antisocial y Límite.

Cluster C de la personalidad: Evitativo, Dependiente y Obsesivo Compulsivo.

Cada uno de los trastornos de personalidad presenta unas determinadas particularidades que lo definen y en los que cualquier persona podría verse reflejada.

Así, por ejemplo, una persona con un trastorno de personalidad narcisista se define como poco empática, que muestra sentimientos exagerados de grandeza, necesidad de admiración y de sentirse especial, o una persona con un trastorno de personalidad dependiente se define como con una necesidad dominante y excesiva de que lo cuiden y lo protejan, un apego exagerado con personas muy cercanas, dificultad en tomar decisiones por sí mismos, etc.

 

 

 

Todos tenemos una personalidad, ninguna es mejor ni peor que otra, solo la rigidez y la manifestación intensa de la personalidad, desencadenando conflicto con otras personas, comienza a arrojar luz de un posible trastorno de la personalidad.

¿Pero si tengo estas características tengo un trastorno de personalidad?

Uno de los aspectos fundamentales que verifica que tenemos un trastorno de personalidad es el grado en que éste afecta a nuestra vida. O sea, en qué medida este patrón de comportamiento hace que no podamos llevar una vida plena y conseguir los objetivos que queremos alcanzar. Aspectos importantes como: tener una familia, poder disfrutar de la compañía de otras personas, poder alcanzar logros profesionales, sentirnos bien con nosotros mismos, etc.

En la última versión del DSM-5 se ha incluido una sección específica para definir los trastornos de personalidad con un enfoque más dimensional (atendiendo más al nivel de interferencia con la vida de la persona que al que encaje una categoría diagnóstica). Este punto es importante porque nos habla de que los trastornos de personalidad no son todo o nada (una etiqueta diagnóstica) sino que dependen de muchas variables y el grado de gravedad dependerá de la injerencia que tengan, como decíamos más arriba, en nuestro día a día.

Para Millon las alteraciones de personalidad comparten características como:

*Inflexibilidad (dificulta nuevos aprendizajes).

*Acciones que generan círculos viciosos.

*Fragilidad emocional (sobre todo ante situaciones estresantes).

¿Solo puedo tener un trastorno de personalidad?

No, los trastornos de personalidad pueden y suelen combinarse por ello es necesaria la ayuda y la visión de un profesional con amplia experiencia en este tipo trastornos para analizar las peculiaridades de cada caso y poder ofrecer el mejor tratamiento personalizado.

Es fundamental trabajar con el terapeuta para poder detectar, ser conscientes y modificar ciertos comportamientos que no nos dejan avanzar y nos dificultan llegar a desarrollarnos con todo nuestro potencial.

 

¿Son graves los trastornos de personalidad?

La idea que tiene la mayoría de la gente es que los trastornos de personalidad no son tan graves como otros trastornos mentales, pero la realidad es que éstos pueden ser bastante graves, sobre todo si no se tratan y según el caso pueden ir empeorando con el tiempo y provocar que se presenten conjuntamente con otros trastornos mentales como ansiedad, depresión, etc.

Los trastornos de personalidad se suelen diagnosticar a partir de la mayoría de edad, pero en algunos casos ya hay manifestaciones en la infancia. Lo importante es abordarlos lo antes posible para poder reconducir ciertas tendencias de comportamiento, mejorando la percepción del mundo, de ellos mismos y de los demás que tienen, con el objetivo de regular sus emociones, mejorar las relaciones personales y el logro de propósitos importantes para cada etapa vital.

 

Trastornos de la personalidad
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